viernes, 21 de marzo de 2025 21:45

Nuevo programa de El Frasco: Medios sin cura, el programa que aborda las noticias de la semana y el rol de los medios masivos, con un toque de ironía.

Desde antes del año 2011, dentro de Siria denunciaban la llegada de miles de mercenarios de al menos 80 países que tenían el objetivo de derrocar al gobierno de Al Asad. 

Estos mercenarios formaban parte de diferentes grupos terroristas que ya desde entonces secuestraban, torturaban y asesinaban a los nativos, mientras en las redes sociales advertían del peligro que podría significar para las minorías la llegada de estos extremistas al poder.

Hasta el propio Washington ofrecía una recompensa por información que llevara a la captura de Abu Mohammed al-Golani , líder de la rama siria de Al-Qaeda, grupo que por las atrocidades cometidas fue incluso señalado como “peor que ISIS (Daesh)” por algunos analistas.

Los años pasaron, la hipocresía mediática se mantuvo (llamaron y llaman “rebeldes” a terroristas que asesinaron a miles de civiles) y ahora, ese mismo sujeto, es decir, Al-Golani, se hizo con el poder en Siria.

Y las masacres contra los musulmanes alauitas de las últimas semanas, así como las amenazas y ataques contra cristianos o drusos, no son más que la continuación del accionar criminal que implementaban las fuerzas hoy gobiernan de facto en Siria.

Lo cierto es que el asesinato de familias enteras por parte de estos terroristas, muchos de ellos llegados del extranjero, cuentan con la complicidad de los medios dominantes, que se atrevieron a llamar “remanentes del régimen” a las víctimas.

Y, como no podía ser de otra manera, uno de los patrocinadores de quienes hoy detentan el poder en Siria, es el régimen israelí, que continúa usurpando territorio ajeno ante el silencio y la venia de Al-Golani y sus secuaces.

Hablamos de todo esto con el comunicador y creador de contenido digital Hassan El Jatib, quien además reflexiona acerca de la utilización de términos como “yihadismo” o “islamismo” por parte de los medios occidentales.
 
Los medios dominantes tal vez no tengan cura, pero al menos dudemos de aquellas “píldoras” que pretenden que consumamos.

day/rba

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